Transformar edificaciones y reducir la construcción para mitigar emisiones

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15 DE SEPTIEMBRE DE 2023

Un informe reciente de la ONU destaca la necesidad de que el sector de la construcción de viviendas se enfoque en transformar edificaciones existentes y priorizar el uso de materiales de origen biológico, como la madera y el bambú, para abordar el creciente problema de emisiones de CO2. Actualmente, este sector contribuye con un alarmante 37% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel global.

El informe, realizado por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma) y el Centro de Ecosistemas y Arquitectura de Yale (Yale CEA), señala que la urbanización a nivel mundial avanza a un ritmo vertiginoso, llegando a construirse en todo el mundo tantos edificios como los ya existentes en París cada cinco días.

Este acelerado ritmo de construcción está contribuyendo a que el sector de la construcción sea responsable del 37% de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono, una cifra que no para de crecer.

Sheila Aggarwal-Khan, directora de la División de Industria y Economía de Pnuma, mencionó que este incremento en las emisiones se debe, en parte, a la sustitución de materiales tradicionales de construcción por otros con un mayor impacto ambiental y coste medioambiental.

“Hasta hace poco, la mayoría de las edificaciones se realizaban con materiales locales como tierra, piedra, madera y bambú”, explicó al presentar el informe. “Sin embargo, los materiales modernos como el cemento y el acero a menudo solo ofrecen una apariencia de durabilidad y terminan en vertederos, contribuyendo así a la creciente crisis climática”, añadió Aggarwal-Khan.

El informe, alineado con el mandato de la Global Alliance for Buildings and Construction (GlobalABC), que busca lograr emisiones cero en este sector, propone una estrategia de tres frentes para reducir las emisiones de CO2.

En primer lugar, se insta a evitar el derroche mediante la transformación de edificaciones ya existentes, lo que puede reducir las emisiones entre un 50 y un 75% en comparación con la construcción de nuevas estructuras. Además, es fundamental fomentar la construcción utilizando menos materiales y optando por aquellos que generen un menor impacto medioambiental.

En este sentido, la segunda propuesta del informe consiste en reemplazar materiales como el cemento, el acero y el aluminio por productos renovables y de origen biológico, como la madera, el bambú y la biomasa. Se estima que este reemplazo podría llevar a ahorros de hasta un 40% en las emisiones del sector para 2050 en diversas regiones del mundo.

Por último, el informe indica que, cuando no sea posible reemplazar los materiales por alternativas renovables y biológicas, se debe mejorar el proceso de producción de cemento, acero, aluminio, vidrio y ladrillos. Actualmente, solo la producción de cemento, acero y aluminio para la construcción de edificios representa el 23% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.

Es prioritario descarbonizar la producción de estos materiales de construcción mediante el uso de electricidad procedente de fuentes renovables, el aumento del uso de materiales reciclados y la adopción de tecnologías innovadoras.

En este sentido, los autores subrayan que, si los futuros materiales de construcción provienen del proceso de captura de carbono, los edificios podrían incluso lograr ser “carbono negativo“, contribuyendo así a eliminar CO2 de la atmósfera en lugar de emitirlo.

Sheila Aggarwal-Khan, una de las investigadoras, sostiene que si los gobiernos implementan “políticas, incentivos y regulaciones adecuados” siguiendo estas pautas, el sector de la construcción podría alcanzar emisiones cero para 2050.

Anna Dyson, autora principal del informe y directora fundadora de Yale CEA, añadió que “las políticas deben respaldar el desarrollo de nuevos modelos de colaboración entre los sectores de construcción, madera y agricultura para impulsar una transición justa hacia economías circulares basadas en materiales biológicos“.

Hasta ahora, según el estudio, la mayoría de las políticas e iniciativas en el sector se han centrado en reducir las emisiones generadas por la operación de los edificios, como la calefacción, refrigeración o iluminación. Estas iniciativas han tenido éxito, ya que se prevé una reducción de entre un 50 y un 75% en las emisiones derivadas de la operación de los edificios con las medidas actualmente implementadas.

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